CAMINOS ALTERNOS: Los seres humanos tenemos la maravillosa facultad de crear conceptos y normas. Algunos de estos nos permiten crecer y progresar, mientras que otros nos causan daño e incluso nos destruyen. Tengo la impresión que la historia del mundo, desde el surgimiento del ser humano y su capacidad cognoscitiva, se caracteriza por una lucha conceptual: Qué es la vida? Qué es la propiedad? Qué es agredir? Qué es conversar? Que es tolerar? Qué es defenderme? Qué es progresar? Qué es competir? Qué es cooperar? Qué es intercambiar? Qué es el respeto? Qué es la moral? Que es la libertad? Qué es ser feliz?
Estoy convencido que las comunidades que logran cierto grado de paz, son aquellas que comparten conceptos y normas, pero que predominantemente lo logran hacer en forma voluntaria. No obstante, y tomando una pequeña frase de Fito Paez: «me declaro incompetente» respecto a cómo lograr, pacíficamente, tal acuerdo conceptual particularmente a partir de condiciones iniciales diversas y con frecuencia conflictivas.
Sin embargo no quiero ser pesimista, quizás hay un camino alterno. Usualmente medito mucho mientras contemplo a nuestro público tanto en conciertos en la capital, como en el interior del país y fuera de Guatemala. En los conciertos veo intercambio de música, intercambio de camisas, veo intercambio de ideas, gustos, anhelos, pero particularmente veo sonrisas entre una gran diversidad de etnias y expresiones culturales y sociales. De alguna manera y sin darnos cuenta, no solo compartimos música, además compartimos normas y conceptos. No tengo la menor idea de cómo nos hemos puesto de acuerdo, pero ese es precisamente el poder del intercambio voluntario.
Quizás seré catalogado de ingenuo y un tanto simplista, pero tengo la esperanza que la música y arte, en algún momento de la historia de nuestro país, tenga un efecto pacificador.
Chingui vV.